Los 5 grandes rasgos de la personalidad

La psicología de las diferencias individuales o psicología de la personalidad tiene como objetivo dar respuesta a las cuestiones que nos caracterizan como personas únicas y distintas a todas las demás.

 ¿Por qué cada persona se comporta de una manera determinada en distintas situaciones? ¿Por qué dos hermanos a pesar de un contexto muy similar desarrollan conductas y comportamientos tan diferentes?

Cuando hablamos de personalidad es importante entender bien qué quiere decir exactamente “personalidad”. Ya que, a menudo, se confunde con otros conceptos como carácter o temperamento. 

La personalidad es un patrón estable de conducta, pensamientos y actitudes a lo largo del tiempo y situaciones. No se trata de algo imposible de cambiar, pero es importante entender que sus modificaciones son complejas y el margen de cambio limitado. Lo cual no implica necesariamente algo negativo, ya que los rasgos de personalidad se deben entender como una característica disposicional.

Existen múltiples modelos que tratan de explicar o conocer cuáles son las características fundamentales (rasgos) que definen la personalidad. Algunos ejemplos son el Modelo PEN de Eysenck o el modelo que nos ocupa en este artículo, el Modelo de los 5 grandes.

El modelo de los cinco grandes

Se trata de un modelo que nace a principios del siglo XX de la mano de psicólogos como Thurstone, Allport y Odbert, siendo estos últimos los considerados  padres del modelo de los 5 Grandes. Ahora bien, no es hasta mediados de los años setenta que vuelve a cobrar importancia, consolidándose en la década posterior como el modelo de personalidad más aceptado y estudiado desde la comunidad científica.

El modelo de los 5 grandes plantea que la personalidad está constituida por 5 grandes factores: factor O (apertura a la experiencia), factor C (responsabilidad), factor E (extraversión), factor A (amabilidad) y factor N (Neuroticismo). Formando en inglés el famoso acrónimo “OCEAN”.

Factor O: Apertura a la experiencia

Hace referencia a la tendencia que muestran las personas a buscar nuevas experiencias y concebir su futuro desde la creatividad. Las personas con alta apertura a la experiencia son más imaginativas, aprecian el arte y la estética, prefieren romper con su rutina diaria, son más responsables afectivamente y curiosos a nivel intelectual.

Factor C: Responsabilidad

Las personas con una alta responsabilidad son muy organizadas y centradas con sus objetivos, tienen una alta capacidad de concentración, son capaces de mantener la perspectiva a medio-largo plazo y son capaces de mantener situaciones difíciles bien gestionadas. La responsabilidad se traduce en la capacidad de pensar y planificar los objetivos de una manera estructurada y detallada.

Factor E: Extraversión

Este factor define cuánto le agrada a una persona estar abierto a relacionarse con los demás y buscar estimulación en factores externos. El polo opuesto es la introversión y se caracteriza por una baja necesidad de contacto social debido a que internamente presentan una alta estimulación. En general, las personas extrovertidas prefieren el contacto social, son menos reflexivas y tienden a la acción. Es un factor muy relacionado con la apertura a la experiencia.

Factor A: Amabilidad

Hace referencia al grado en que una persona se muestra respetuosa, tolerante y tranquila. Las personas con alta puntuación en amabilidad confían en la honestidad de los demás, son humildes, empáticos y tienden a ayudar a los demás. El comportamiento de estas personas se plasma en conductas prosociales, voluntariados y necesidad de hacer sentir cómodos a los demás.

Factor N: Neuroticismo

Este rasgo hace referencia a la estabilidad emocional de las personas. Las personas con un menor neuroticismo (es decir, con una mayor estabilidad emocional) son personas tranquilas y con una alta inteligencia emocional, lo que les permite afrontar las situaciones adversas de una manera adaptativa y positiva. 

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